...la Canica y yo pensábamos dejar Acapulco antes del Lunes de Semana Santa. Todo sube de precio exorbitantemente, no se encuentra lugar en ninguna parte y ni circular se puede. Marabunta de Chilangos invasores con malas caras, música citadina a todo volúmen, todos borrachos a caerse vayan manejando o a pié. En éso llamó la mejor amiga de la Canica: el motor de su Mustang '73 se calentó saliendo del Cañón del Zopilote, y se paró en Zumpango del Río. Ya que viajamos en mi Taller Móvil (mi "Bula Matari", antecesor de "laPerica") que si no podía ir a hecharlo a andar para traerlo...no importa lo que cueste !Esas palabras mágicas frustran los planes más precisos...así podríamos pasar otras dos semanas veleando como vagos de playa ! Llamamos al "cuñáo" (el hermano de la Canica) para informarle el cambio de planes: su casa en Tepoztlán nos recibiría en otra ocasión.Dos días más y ya teníamos al Mustang circulando por Acapulco, después de cambiarle juntas en ambas cabezas de motor, manejando los 150 Km desde Zumpango como viaje de prueba. La amiga nos pagó más de mi precio y nos invitó de farra...
Al día siguiente nos levantamos pasado el mediodía. Asomándome, ví al Moreno SIN catamarán que me saludaba con cara de "Chin! mano...!" - Ya cerca nos dá pésimas noticias: su Cat está rentado toda la tarde ! "Pero allá tiene uno ése Socio" - dijo con su mano apuntando atrás de nosotros. Con un giro ví otro Cat igualito, al mismo precio que con el Moreno por ser locales.
Lo botamos y empecé a enfilar rumbo a la casa del Shá. Sentía raros los timones: por más que buscaba el mejor ángulo con la mayor, y ceñía y desceñía con los timones, el avance era lento.
"El Moreno tiene mucho mejor alineado su Cat, éste parece mal calibrado" - dije a la Canica, quien sentada junto al foque, encaraba la brisa a ojo cerrado. Llegó el momento de virar hacia el otro lado de la bahía, y entonces se aligeró un poco nuestra nave.
"Ya le agarré el modo" - comuniqué alegremente a la ojicerrada Canica, mientras la punta de los pontones de verdad empezaban a cortar la superficie. El casco de babor metió su punta en una olita...y en vez de salir al otro lado como siempre, simplemente apuntó al fondo de la bahía. Mientras se alzaba la popa conmigo al timón, agarrandome de no sé qué (no había nada sobre la cubierta de lona: pero me agarré de nada hasta con los dientes !), oí mi desgarrador grito advirtiendo a la Canica ojicerrada, nuestro inminente desastre:
"¡SAUTE!¡SAUTE !¡GLAUTLE!" (¡salta!¡salta!¡glutla!) - porque mi tercer grito ya fué gargareando...justo antes la ví lanzarse a la mar. "Viens icí" (ven acá) me dijo nadando, cuando salí a flote junto a las quillas que apuntaban hacia el cénit...y me dió una cachetadita! "Éso por decirme Salta, Tonta !" dijo muy seria. No aguanté la carcajada...
Saltar en francés se pronuncia *Sót*, ése sonido que puede significar Salta, Cubeta ó Tonta...aunque se escriben diferente. Hay un chiste con ése juego de palabras (totalmente intraducible: pierde todo su sentido en Español) del tonto que salta con la cubeta.
El mástil, las velas y los aparejos apuntaban al fondo de la bahía. La lona ahora sumergida, tenía nuestros chalecos amarrados bajo el agua. Si pasaba alguna autoridad portuaria, no era nada conveniente estar sin los chalecos puestos. Me puse a bucearlos, recordando que los tiburones de la bahía eran Gatas, una especie basurera de fondos bastante inofensiva. Casi me río de mis temores bajo el agua: con tantas bolsas de plástico flotando a media asta, ningún tiburón podría respirar.
Nos pusimos nuestros chalecos y sentados sobre las quillas, esperamos hasta que una lancha rápida por fin se acercó. Nuestro salvador indicó que avisáramos a la Capitanía de Puerto nuestro nauftagio. Nos llevó allá, mientras en mi imaginación el yate Fiesta, regresando de la Puesta de Sol con 200 personas, trituraba con sus propelas al pobre Cat naufragado...las quillas amarillas sólo eran visibles demasiado cerca !
El Comandante era amigo de nuestro salvador. Nos preguntó cómo fué el percance, dónde y a quién le rentamos ése Cat. Cuando le indiqué todo, incluyendo cómo lo sentí tan raro, masculló:
"Otra vez ésos pinches güeyes!" - y preguntó cuánto habíamos pagado (el pago siempre es por adelantado). Ahí me sorprendió: sacó otro catamarán, lo botó ahí juntito a nosotros y dijo:
"Sigan paseando y no se preocupen. El rescate es gratuito, tan sólo me tienen que pagar los daños. Pero no le digan nada a ésos güeyes, les quiero dar una lección. Que crean que no regresaron, a ver qué hacen ! Me traen el Cat para acá directamente: yo los llevo después hasta su playa"
"¿Qué causó la voltereta? Quiero saber para no repetirla" - curioso le pregunté.
"No sacaron el agua de los pontones" me respondió el Comandante. Así que yo, el experto Corsario en mini-Cats de 16 piés, no chequé lo más elemental, mi querido Wátson: se le quita un tapón de goma atrás a cada casco, se levantan las puntas y se sale toda el agua...no existe embarcación a la que no se le tenga que sacar agua...
Navegamos muy a gusto el resto de la tarde. la Canica se moría de risa por la cara que puse con la voltereta, y con lo de sacar el agua: no me la pude acabar con sus risas y burlas (tan diáfanas risas) durante toda la tarde. Fuimos a ver cómo era el rescate. Una lancha de Marina, casi tan grande como las de desembarco, lanzó un cabo al agua. Un buzo la amarró en la punta del mástil. Jalaron con el motor de la lancha y ya estaba otra vez derecho y listo el mini Cat,,,después de que sacaron toda el agua de los pontones ! Regresamos al anochecer, antes de ésa calma chicha por el cambio de viento.
"Se perdió un timón" - dijo el Comandante - "son $ 25 pesos" ...nos dió aventón en una lanchita rápida hasta nuestro edificio, sin querer cobrar el viaje. Aceptó cenar con nosotros: pasamos otra velada excelente, agasajando a nuestro nuevo amigo...
Al día siguente me levanté bien temprano, apartando al Cat con el Moreno...nunca volvimos a rentar con nadie más.
Video al que me refiero, en el comentario de abajo
Hoy que añadí unas fotos, encontré éste video con un Cat muy similar capoteando al hundir la proa del pontón a sotavento (como yo...). El mástil supuestamente debe ser hermético porque si capotea, el Cat flota de lado y permite enderezarlo fácilmente entre dos. Además de no drenar los pontones el mástil tampoco era estanco...(puros pretextos: no eliminan mi torpeza!)
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