Puerto Escondido - Oaxaca, otoño de 1997
El hambre dirige mis pasos hacia el Tigre Azul, donde amistad y crédito congenian. Con un saludo, Ramón (el dueño) me invita a su mesa y me presenta a tres italianos urgidos de mecánico. Viajan desde san Diego California, en una Combi VW con infinitos problemas mecánicos. Visitaron ya todos los talleres costeros del Pacífico durante éste mes: harta, la Combi no quiso arrancar más, poniéndole fin a su viaje. Al día siguiente empiezo a revisar el motor de la Rebelde: le diagnostico anorexia. El tanque no le alimenta gasolina a la bomba. Cambio el tanque, limpio la bomba y los carburadores ... la Rebelde arranca entranda ya la noche, cuando los murciélagos pescadores alzan su vuelo para saludar a la Luna. Manejo la Rebelde hasta estacionarla frente al Tigre Azul. Le funcionan tres cilindros de los cuatro. A los Italianos no les importa; sólo quieren visitar algunas playas en los últimos tres días que les restan antes de regresar a Italia. Dicen que nunca antes había funcionado tan ... ¿bien??? Si antes no pasaba de 40 Km/h, con acelerador a fondo y viento de cola, ahorita ¡apenas alcanzamos los 60 Km/h!...y también dicen que visitar tanto Taller les redujo considerablemente su presupuesto; que pá no gastar más me dejan la Rebelde 'a trueque'... cuando regresen. Es su primera visita a la costa del Pacífico mexicano. .. ¿cuántas veces en mi pasado, gracias a la ayuda desinteresada de perfectos extraños, seguí mi camino? ¡noblesse oblige! y me oigo proponerles:
Pasados tres días, me espera en el Tigre Azul una monja encarcelada (sor-presa): tres italianos contentos y sonrientes, tintineando a mano alzada las llaves de la Rebelde desde su mesa:
Y después, nunca los he vuelto a ver; ni a toda ésa gente que me ayudó alguna vez a seguir haciendo mi camino.
Mi cuenta con la vida ... JoséLuis, "los Tíos" y Ramón no salen de mi corazón. José Luis y yo nos vemos de vez en cuando. Jean Loup |
Fotos y Garabato: Jean Loup
Historia encantadora. Da gusto vivir tranquilo y simple así.
ResponderBorrarGran historia de camaradería y amistad la de La Perica...de esas que "duran" toda una vida.
ResponderBorrarYo siento de ti que te la has pasado muy bien, haz vivido de todo y quizás en su justa medida, se lee tu satisfacción y contento en cada una de las historias que nos cuentas, qué bueno que hay gente como tú que sabe paladear la vida.
ResponderBorrarUn besote
Buena y bonita historia, satisfecho contigo mismo y para los demás un gesto inolvidable.
ResponderBorrarEn la madrugada del Sábado pasado, mi amigo José Luis decidió navegar hasta la otra Ribera. Merecido descanso para una vida plena: nos dejaS un tizón encendido, que no lo apaga ni las aguas de un río, AMIGO MÍO. ¡¡Hasta siempre, don Mazo!!
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