Soy vil máistro automotriz y demás hostias por nacer con habilidad manual y visual. Alguna vez qu'el tiempo marcaba 1990, un amigo de ésos que ni necesitas enemigos, ofreció pagarme la traducción al castellano de Manuales Chrysler p'al taller (originales en inglés). La computadora “haría todo lo demás, yo te enseño cómo” y ni recuerdo cuántas planillas ni cuánto por planilla, calculando como un mes de escritura.
Me sentó frente a una Lap -revolucionaria por aquel entonces- con pantalla de cristal líquido sin luz, cuyo texto azul claro contrastaba sobre un fondo del papel aluminio que hoy usamos en la cocina. Sólo alcanzaba a ver qué escribía en el único, rígido y siempre incomodísimo ángulo que automáticamente reflejaba la ventana, o la lámpara, o cualquier otra cosa brillante del entorno. Su lenguaje maravilloso y mágico era el maldito Word Perfect. ACABAMOS a comienzos de 1991, 6 meses DESPUÉS del cálculo inicial: si me daba sed, la compu celosamente se ponía rara, paralítica y a reiniciar todo aquel dedálico rollo del protocolo por una hora; igual cuando me daba hambre, o si preguntaba alguna duda, o si entraba alguien y si salía también. Todo ésto, intercalado a la veintena de cortes eléctricos tan clásicos en el Cuernabalas del dios vuestro de CADA DíA, tanto en aquel ayer como hoy en día (y por la noche aún pior) .
Juré que JAMÁS (cuidado con la palabrita: te escupe toda la cara cuando menos lo esperas) JAMÁS me acercaría a ninguna otra computadora en toda mi vida. Casi inmediatamente perdí la memoria por 4 años y ya en el Hotel Arcoiris que regenteaba en Zicatela, me pedían menús con diferentes ofertas del Restaurant ¡¡a Diario!! Aprovechando mi lapsus desmemoriante, sentado frente a otra compu (con pantalla iluminada ¡¡menos mal!!) volví a teclear en Word Perfect (perfect-amente ODiOSO) e imprimía menús cada mañana por la mañana. Para regentear al Arcoiris sin recordar nada, escribía papelitos y papelitos y más papelitos con diferentes fases de todo lo que hacía (desde reparaciones y compras del Hotel, peticiones de diferentes huéspedes y empleados, hasta los menús mañaneros), llenando así todo mi maletín. El Mazo (el maz-ojete de la banda: dueño del Arcoiris y también amigo d'esos que no necesitas enemigos) me dedicó el siguiente dibujo:
Me sentó frente a una Lap -revolucionaria por aquel entonces- con pantalla de cristal líquido sin luz, cuyo texto azul claro contrastaba sobre un fondo del papel aluminio que hoy usamos en la cocina. Sólo alcanzaba a ver qué escribía en el único, rígido y siempre incomodísimo ángulo que automáticamente reflejaba la ventana, o la lámpara, o cualquier otra cosa brillante del entorno. Su lenguaje maravilloso y mágico era el maldito Word Perfect. ACABAMOS a comienzos de 1991, 6 meses DESPUÉS del cálculo inicial: si me daba sed, la compu celosamente se ponía rara, paralítica y a reiniciar todo aquel dedálico rollo del protocolo por una hora; igual cuando me daba hambre, o si preguntaba alguna duda, o si entraba alguien y si salía también. Todo ésto, intercalado a la veintena de cortes eléctricos tan clásicos en el Cuernabalas del dios vuestro de CADA DíA, tanto en aquel ayer como hoy en día (y por la noche aún pior) .
Juré que JAMÁS (cuidado con la palabrita: te escupe toda la cara cuando menos lo esperas) JAMÁS me acercaría a ninguna otra computadora en toda mi vida. Casi inmediatamente perdí la memoria por 4 años y ya en el Hotel Arcoiris que regenteaba en Zicatela, me pedían menús con diferentes ofertas del Restaurant ¡¡a Diario!! Aprovechando mi lapsus desmemoriante, sentado frente a otra compu (con pantalla iluminada ¡¡menos mal!!) volví a teclear en Word Perfect (perfect-amente ODiOSO) e imprimía menús cada mañana por la mañana. Para regentear al Arcoiris sin recordar nada, escribía papelitos y papelitos y más papelitos con diferentes fases de todo lo que hacía (desde reparaciones y compras del Hotel, peticiones de diferentes huéspedes y empleados, hasta los menús mañaneros), llenando así todo mi maletín. El Mazo (el maz-ojete de la banda: dueño del Arcoiris y también amigo d'esos que no necesitas enemigos) me dedicó el siguiente dibujo:
Comenzó la Internet cuando recuperé la memoria -hasta cierto punto- y cambié al Arcoiris por inolvidable galana Aimara de Metán: también me regalaron una Combi y desayunaba con Mate en vez de Café. Al año, regresé a la Hacienda con la familia olvidando a mi amada Aimara -graduada como EX- y volví a desayunar con Café. En 2002 heredé la compu '97 de mi papi el General, una HP Pavilion con (no se asusten) 32 Megas de Memoria RAM. Por la misma curiosidad que mata tantos gatos, la conecté y arrancó sola SiN maldiciones, con nada de Word Perfect: ¡¡Perfect-ísimo!! Y caí en ésta trampa del escribir que te corrijo, te corrijo y vuelta a corregir lo corregido, ad infinitum... Un hijo me conectó a la Internet con tarjeta prepago y empecé los Emilios con otro hijo en Sharm el Sheik; quise ver ésto del Blog qué onda a dos índices de velocidad y mirando el tablero, o cada parpadeo tecleaba una letra equivocada y vuelta al te corrijo que te corrijo.
Como aquél Emilio era @Yahoo! mi blog estaba en la Yahoo!360° y algunas personas gustaron mis olvidosos recuerdos, basados en notas del misterioso maletín escrito desde el Arcoiris ¡no vaya a tomar otras vacaciones doña Mnemósina! Comencé a corresponder comentarios en lo que relataban mis nuevos desconocidos, alcanzando niveles de mejores amistades que’n la vida real: no tenía que soportar su presencia ni ellos tampoco. De una vez cada semana pasamos a dos (o más veces en las lluvias). Éramos de todo el globo parlando en castellano. Odiábamos al Féisbu con singular agrado y a Máicrosof también, por alergia común al azul yanqui que destroza pupilas quemando retinas. Todos éramos (y somos) proletarios sin dinero para Appleses, manzanas más caras aún que la original de Eva.
Murió la Yahoo!360° prometiendo el cielo y las estrellas antes estrellarse forever. Nos pasaron a Multiplyca y agarramos vuelo, se sumaron más adeptos y la adicción así invadió nuestras plácidas vidas. Para poder comer, desde mi cocina abrí un blog donde fotografiaba -y a veces carbonizaba- mis alimentos. Lo mismo con la mecánica automotriz o ya no tendría €ntrada$ (ojalá y crecieran como las entradas de la frente, joer) y así con mis mascotas, el jardín, los paseos a Tepoztlán... hasta que murieron al Multiplyca, poco después de volverse un sitio culebrón de ventas.
“Algo” hay con la Internet que cuando un sitio empieza a funcionar mejor de lo mejor, te hace todo lo que necesitas sin laberintos incomprensibles ni pedir claves culeras y funciona más que nada comunicando a los de habla castellana -como nos gusta a los que vivimos sencillamente a gusto- a "alguien" (de habla inglesa, notablemente) no le gusta y lo elimina sin miramientos para regresarnos al inframundo laberíntico del Gúgle Blogger.
Algunos nos r'encontramos en el odiado Féisbu, ni modo: es sano dejar de odiar. Otros nos fuimos a diferentes foros que nunca pegaron. Por ello estoy aquí, por mi excelente (anque negrera y desaparecible) Capitana, la que si no escribo saca su látigo con los Contadores de Estrellas: doña Isabel Drake. A ver acá si no camino la plancha hacia los tiburones, ya veremos.
Nadie lo sabe ¡EXTRA, extra: chismex! pero escribo a lo tonto desde mis vivencias, sueños, intuiciones y papelitos del maletín, pior que colegial del pre-kinder. Después corrijo mil y una veces, hasta que solita aflora alguna narración escondida al cuajar mi sopa de letras y voy esculpiéndola poco a poco. Tan lentamente, que me parte la mami ésa limitación de tiempo correccional en algunos foros, es como MÁS ESCRiBO: corrigiendo y corrigiendo, a veces durante TODA LA SEMANA (¿limitar a 15 minutos? ¡RiDíCULO!). Otras veces me toma más tiempo, hasta un mes pero ni modo: el Blogger es tal follón con ésa madre tan mal parida del «G+» que casi ni nos podemos comunicar nadie con nadie; mejor pongo notas y enlaces al Féis, donde NAiDEN CONTESTA, ni siquiera uno en cada 100 de aquel Multiplyca.
Bueno, por fin me presenté y como ven ni sé escribir (ni tampoco quisiera aprender p’acabarla de joer). Eso sí, fomentó mi uso del Noutbuc acá abajo en mi Lap. Por éso tardé tanto en presentarme y antepuse algunas publicaciones, dispensen mi autismo. Más vale tarde (¡tardísimo, güey!) que never, de limón la never.
Como aquél Emilio era @Yahoo! mi blog estaba en la Yahoo!360° y algunas personas gustaron mis olvidosos recuerdos, basados en notas del misterioso maletín escrito desde el Arcoiris ¡no vaya a tomar otras vacaciones doña Mnemósina! Comencé a corresponder comentarios en lo que relataban mis nuevos desconocidos, alcanzando niveles de mejores amistades que’n la vida real: no tenía que soportar su presencia ni ellos tampoco. De una vez cada semana pasamos a dos (o más veces en las lluvias). Éramos de todo el globo parlando en castellano. Odiábamos al Féisbu con singular agrado y a Máicrosof también, por alergia común al azul yanqui que destroza pupilas quemando retinas. Todos éramos (y somos) proletarios sin dinero para Appleses, manzanas más caras aún que la original de Eva.
Murió la Yahoo!360° prometiendo el cielo y las estrellas antes estrellarse forever. Nos pasaron a Multiplyca y agarramos vuelo, se sumaron más adeptos y la adicción así invadió nuestras plácidas vidas. Para poder comer, desde mi cocina abrí un blog donde fotografiaba -y a veces carbonizaba- mis alimentos. Lo mismo con la mecánica automotriz o ya no tendría €ntrada$ (ojalá y crecieran como las entradas de la frente, joer) y así con mis mascotas, el jardín, los paseos a Tepoztlán... hasta que murieron al Multiplyca, poco después de volverse un sitio culebrón de ventas.
“Algo” hay con la Internet que cuando un sitio empieza a funcionar mejor de lo mejor, te hace todo lo que necesitas sin laberintos incomprensibles ni pedir claves culeras y funciona más que nada comunicando a los de habla castellana -como nos gusta a los que vivimos sencillamente a gusto- a "alguien" (de habla inglesa, notablemente) no le gusta y lo elimina sin miramientos para regresarnos al inframundo laberíntico del Gúgle Blogger.
Algunos nos r'encontramos en el odiado Féisbu, ni modo: es sano dejar de odiar. Otros nos fuimos a diferentes foros que nunca pegaron. Por ello estoy aquí, por mi excelente (anque negrera y desaparecible) Capitana, la que si no escribo saca su látigo con los Contadores de Estrellas: doña Isabel Drake. A ver acá si no camino la plancha hacia los tiburones, ya veremos.
Nadie lo sabe ¡EXTRA, extra: chismex! pero escribo a lo tonto desde mis vivencias, sueños, intuiciones y papelitos del maletín, pior que colegial del pre-kinder. Después corrijo mil y una veces, hasta que solita aflora alguna narración escondida al cuajar mi sopa de letras y voy esculpiéndola poco a poco. Tan lentamente, que me parte la mami ésa limitación de tiempo correccional en algunos foros, es como MÁS ESCRiBO: corrigiendo y corrigiendo, a veces durante TODA LA SEMANA (¿limitar a 15 minutos? ¡RiDíCULO!). Otras veces me toma más tiempo, hasta un mes pero ni modo: el Blogger es tal follón con ésa madre tan mal parida del «G+» que casi ni nos podemos comunicar nadie con nadie; mejor pongo notas y enlaces al Féis, donde NAiDEN CONTESTA, ni siquiera uno en cada 100 de aquel Multiplyca.
Bueno, por fin me presenté y como ven ni sé escribir (ni tampoco quisiera aprender p’acabarla de joer). Eso sí, fomentó mi uso del Noutbuc acá abajo en mi Lap. Por éso tardé tanto en presentarme y antepuse algunas publicaciones, dispensen mi autismo. Más vale tarde (¡tardísimo, güey!) que never, de limón la never.
NOTA.- en 1997 Paulina Huracanada editó al dibujo del misterioso maletín con agua.
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