jueves, 22 de marzo de 1984

Breve Canto a los VOLCANES en HOY presente (1984)

HOY, nadie como Moncayo escenificado por Velasco pa prender memorias; ambos personajes, destacan l'alma esencial ahí donde hice camino al andar con doña Radio en "Huapango a Cielo Mayor" en nuestro "Bula Matari" (VW 181 "Safari") cerrado con lona por la noche y de día, abierto naturalmente; a menos que llueva y hasta las micas empañantes van puestas, no digo.


HOY, amanece tras los Volcanes. Muy abrigado, salgo en el Mirador Vuelta Alta al nacer del Sol. Una Lucero alumbra al penacho guerrero en digonal paralela y con tantas luces coloridas, que apaga al Huapango y seguimos andando en Sol nacido con el Viento sin lona.

HOY, negra tan oscura la Noche como mi Safari ascendiendo rocas tan con tres pistones; como yo tan cansado y como Doña Radio tan entonando "Trovas Campiranas para Asaltos, Contrabandos y Emboscadas Nocturnas". Váya luces las del tipo pegado a nuestra defensa trasera; taladrando así mis pupilas por la retrovisora, ensombrecen mi camino. Al fin encumbro y ya veloz con la gravedad, mi "Bula Matari" derrapa bien agarrando las curvas de bajada; las cegadoras van quedando atrás hasta apagarse. Con ayuda de una recta larga, las cegadoras atacan nuevamente por la retrovisora. Más curvas cerradas las alejan y otra recta larga les permite alcanzarnos, encendiéndose entonces un carrusel rojiazul: es una Patrulla de Caminos y Puentes Federales. Sin licencia y con alivio detengo la Safari, las manos bien visibles al volante. Un Oficial jóven alumbra al interior mientras quito la ventana de mica, reclamándole:

-"¿Porqué diablos no encendió sus torretas desde el principio? Me puso un susto ... creí que me asaltaban."- Viendo mi equipaje, pregunta:

-"¿De dónde viene?"-
-"De Acapulco al DeFectuoso, donde dejé a mi vieja"-
-"¿Cuál es su destino?"-
-"Voy a Tlayacápan donde usted tiene su casa"- Sorprendido con tal invitación y notando mi cansancio, afloja:

-"Bien, siga su camino más despacio para llegar entero, ya no corra tanto"- Así, sin pedirme licencia ni nada y se vá. Cosa rara que no tenga pareja y más tan de noche y con la famita del paraje. La Safari sigue andando con tres pistones y abajo, entre árboles de montaña tan negros como tan oscura la Noche, parpadean las acogedoras luces de Tlayacapan.

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