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sábado, 12 de agosto de 2017

Oye ¿porqué lo HAiDUK? si tu abuela murió soltera..

MÓRRiGÁN, Gran Reina de la Guerra y la Muerte: dá a luz la nueva Vida, el amor y el deseo
«Fᴜé ᴇɴ ᴀǫᴜéʟʟᴀ Pʀiᴍᴀᴠᴇʀᴀ -trovaba l'Alondra Ciocârlia- ᴀʟʟá ʟᴇjᴏs ᴍᴜʏ ʟᴇjᴏs, ᴅᴏɴᴅᴇ ʜᴀᴄᴇ ᴘiᴘí ᴇʟ Pᴀᴅʀᴇ Tiᴇᴍᴘᴏ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʟᴀ iɴᴄᴏɴᴛiɴᴇɴᴄiᴀ ʟᴇ ɢᴀɴᴀ, ǫᴜ'ᴇʟ Cʜᴀᴍᴇʀɢᴏ Nᴇɢʀᴏ ᴅᴇ ʟᴏs Bᴀʟᴋᴀɴᴇs fᴜé ᴠiᴏʟᴀᴅᴏ ᴘᴏʀ ʟᴀ Bᴜᴛᴀᴄᴀ Cᴇʟᴛᴀ, ʀᴇiɴᴀ ᴅᴇ ʟᴏs Cᴀsᴄᴏs Liɢᴇʀᴏs, ᴇɴɢᴇɴᴅʀᴀɴᴅᴏ ᴀsí ᴅ'ésᴛᴀ ᴍᴀɴᴇʀᴀ ᴀ Lᴀ Niñᴀ Cᴀʀᴛiᴍᴀɴᴅᴜᴀ, fᴜᴛᴜʀᴀ ʜᴜéʀғᴀɴᴀ ᴘʀᴇᴍᴀᴛᴜʀᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴍᴀᴛʀifiᴄᴀᴅᴀ ʏ ᴇɴᴠiᴜᴅᴀᴅᴀ, ᴄᴜᴀɴᴅᴏ Cᴀʀᴀᴛᴀᴄᴏ ᴇʟ Aʟᴄᴏʜóʟiᴄᴏ ᴏsó ᴀᴛʀᴀᴠᴇsᴀʀsᴇ ᴄᴏɴ ᴘéʀfiᴅᴏ ᴄᴀᴍiɴᴏ ʏ ᴇɴɢᴇɴᴅʀᴀʀᴏɴ ᴏᴛʀᴀ fᴜᴛᴜʀᴀ -ᴀɴǫᴜᴇ ᴢᴜʀᴅᴀ- ʜᴜéʀfᴀɴᴀ, ᴀʟʙᴏʀᴇᴀɴᴅᴏ ᴀsí ʟᴀ ᴛʀᴀᴅiᴄióɴ fᴀᴍiʟiᴀʀ “ǫᴜ'ᴇɴᴛʀᴇ fᴜᴛᴜʀᴀs ᴛᴇ ᴠᴇᴀs”. Siɴ ᴇᴍʙᴀʀɢᴏ, ʟᴏ ᴠiᴜᴅᴀ ɴᴏ ǫᴜiᴛᴀ ʟᴏ ᴄᴀʟiᴇɴᴛᴇ ʏ ʟᴀ ᴇᴍʙʀᴜjᴀᴅᴏʀᴀ ᴅᴇ Bʀiɢᴀɴᴛiᴀ, ᴘʀᴏɴᴛᴀᴍᴇɴᴛᴇ ɴᴇᴄᴇsiᴛó ᴜɴ ᴍᴀᴛᴀᴍᴏsᴄᴀs ᴘᴀʀᴀ sᴀᴄᴜᴅiʀsᴇ ᴀǫᴜᴇʟʟᴏs Gᴏᴅᴏs ǫᴜᴇ ʟᴀ ʀᴇᴠᴏʟᴏᴛᴇᴀʙᴀɴ. Mᴀs ʜé ᴀʜí ǫᴜ'ᴇʟ Gᴇɴᴇʀᴀʟ ᴅᴇ ʟᴏs Gᴏᴅᴏs, ᴘᴏʀᴛᴀɴᴅᴏ ᴍáɢiᴄᴀ ᴀʀᴍᴀᴅᴜʀᴀ ᴀ ᴘʀᴜᴇʙᴀ ᴅᴇ ᴍᴀᴛᴀᴍᴏsᴄᴀs, ʟᴀ ʀᴇᴍᴀᴛʀifiᴄó ʏ ᴅᴇsᴇɴᴠiᴜᴅó ᴅᴇ ᴜɴ sóʟᴏ ᴛᴀjᴏ, sᴇᴍiʜᴇʀᴍᴀɴᴀɴᴅᴏ ᴀsí ʟᴀ ᴘᴏʙʀᴇ ʜᴜéʀfᴀɴᴀ ᴢᴜʀᴅᴀ ᴄᴏɴ ᴇʟ ᴀʟᴇʙʀᴇsᴛᴀᴅᴏ ᴘʀiᴍᴀᴠᴇʀᴀʟ ésᴛᴇ, ǫᴜᴇ ʜiᴇʀᴠᴇ ᴇɴ ʜᴇʀᴇɴᴄiᴀ ᴄᴏɴsᴜᴇᴛᴜᴅiɴᴀʀiᴀ ᴘᴏʀ ᴀǫᴜᴇʟʟᴀ sᴀɴɢʀᴇ Bᴀʟᴋáɴ.»
  ¡PORQUE BRiGANTiA ES iNFiNiTAMENTE GRANDE! Nací bajo la tutela y protección de Mórrígan, diosa de la Guerra y por lo tanto de la Muerte: es la Morena mi hada Ángela. Gracias a la Segunda Guerra debo la existencia y gracias a la Muerte debo la pervivencia. Nací honestamente tan sinvergüenza qu'el valemadrismo guía mi percepción, asombrando santos budistas de la Karma y adeptos a la virgen de Guadalupe, por igual. Nací tanto más impredecible -qu'enyuntando la mujer la ola marina y la clima de un sólo tiro- que Khronos a veces desenlaza Anankaia por el placer de observar la evolución de mis andadas.

  Usando la calentura de nuestros padres -nos hayan planeado o no, sean pareja o ni vuelvan a encontrarse jamás- el Hado nos trae a ésta Ribera cuanto más marginados más protegidos y en mi caso, bajo las Alas de Mórrigán. Tan brigante espíritu se manifestó desde mis primeros recuerdos, olvidados conscientemente y manifestados intuitivamente haciendo caminos de locura al andar. Quizás milagros quizás pecados inequívocamente tomo mis decisiones, anque espanten la monotonía de aldeanos aburridos entre carceleros mandamientos.

  Desde mis brumas iniciales vislumbro al Bosque, cuyo lenguaje del movimiento ya conoce nuestro cuerpo desde antes de nacer, como lo saben otros bichos y las plantas, los aires y las aguas, la tierra y el fuego. No es el movimiento autómata y euclidiano de la rueda -o de la idioma hablada-, sino la música de las esferas que observamos después de morir la tarde. Mis mayores olvidaron tal lenguaje por razonar con la idiomática y me prohibían sordamente ir al Bosque, qu’entre cantos de lechuza y aullidos de lobo ofrecía protección, mientras Mórrigán desaparecía amigos y enemigos a diestra y siniestra: no fueran a ser tentados con descubrirnos por cobrar la recompensa. En las guerras entre bestias humanas tan sólo el oro vale y como nunca alcanza, deslumbra: sólo aviva fuegos fátuos de glorias efímeras y trahiciones sin fin, como toda ley apocalíptica.

  Tal guerra mantenía en las afueras a mis mayores durante semanas y hasta meses, dándome grandes oportunidades para escabullirme al Bosque. Los ancianos dueños de la finca bajo cuya tutela quedaba, decidieron llevarme con ellos cuando salían a cazar conejo, nutria, jabalí y ciervo, o a recolectar frutillas, hongos, trufas y chalotes: al menos así iría conociendo algunas veredas y evitarían perderme.

  El desperdicio de nuestras comidas alimentaba otros animales de la finca, pero en cualquier descuido llevaba huesos, pieles y entrañas a la orilla del Bosque donde dos perritos me esperaban con su madre en cercanía, observando a contraviento creyendo no ser vista. Poco a poco se fué acercando al paso de los días para olerme las manos y volverse mi amiga. Se anunciaban con sendos y cortos aullidos para evitar extraños, mientras la lechuza ululante sobre la cerca me apremiaba a satisfacer su gula: sabía que siempre traía algún tembloroso ratón para ella. Poníamos trampas para controlarlos o se comían todo lo nuestro, hasta la ropa a veces. En cuanto abría la trampa salía corriendo y ella lo atrapaba planeando cual gato alado para llevárselo al nido. Así nació mi fascinación por volar.

  Siendo parte del Bosque, por seguir a los bichos conocí más veredas bajo su guía y protección, que con los ancianos abuelos adoptivos más bien depredadores del Bosque: casi se desmaya madame Bastié cuando conoció en el cubil a los perritos con todo y mamá, me dijo se llamaban lobos y por ello escogió al apodo que me designa hasta hoy. Mis dos actas de nacimiento me nombran diferente en una idiomática que nunca escupí: mientras la una dice “bastardo” la otra dice “reconocido”. Cosas de mi tedesco padre: en una ganábamos la guerra y en otra, buscaban un soldado Ryan a sangre y fuego aquellos cascos redondos que “no eran nuestros amigos”.

  a mi abuelo, el Chambergo Negro de los Balkanes


la Niña Cartimandua: La NiÑA - verano de 1919: petición de mi capitana Isabel Drake
la Hurraca Azul: Unas visitas Chillonas, otras Copetonas (1995)
el Bosque: Haute Vallée de Chevreuse

martes, 8 de agosto de 2017

NOMÁS HAY QUE ESTAR ALERTA Y NO PERDERSE EN iNFiERNiTOS

LUNA LLENA enamorando a CHEVREUSE
  DESDE PAMPLONA (1948/52) me extrañaba la actitud de mi hermana mayor sobre el tema Chevreuse (aquel mi Bosque), allá donde nacieron los primeros pasos que pavimentan mi Camino; desde conceptos de belleza y estética, hasta éste amor por la Naturaleza que me permite convivir con otros animales; desde notar que los humanos somos terribles bestias, hasta hallar excepciones que me reconcilian con mi propia especie. Ya en Madrid (1952/56) Arlette evadía el tema descaradamente. Expresar un simple -"Recuerdo que madame Bastié..."- era interrumpido como ducha helada mirando al cielo con un -"Oh oui oui, Chevreuse..."- en ése tonito pacientemente tan falso de aquella que tiene un hermanito simplón y descerebrado. Vinimos a México poco antes de que Arlette se casara con Gaby en 1956 y residieran en los United States: son el único matrimonio duradero en TODA nuestra familia por tres generaciones.

  Pasaron los años y en 2001 nos encontramos por última vez, celebrando (bueno, yo sí celebraba) la defunción del General, mi padre. Mientras los demás discutían con voces a venas de cuello hinchadas e índices amenazantes ¿cuántas pertenencias no se pudo llevar y a quiénes le correspondían?, conversaba con mi hermana mayor y salió el tema Chevreuse. Arlette exclamó sin contenerse:

  -"¡Es que no tienes idea cómo era TU madre (y suya también ¿O NÓ?) antes de conocer a TU padre!"- (el padre de Arlette dejó a Line viuda) y pensé a hocico cerrado menos mal, que cuando lo abro salen bombas Molotov: -"¿Porqué no enterró rencores en el Panteón de Tepoztlán, cuando depositamos el cuerpo de Line allá por 1980?"- y mejor cambié de conversación. Celebraba depositar el cuerpo del General porque cerraba un círculo que ni tenía en cuenta hasta que enfrenté su cuerpo: NADiE muere DOS VECES y un duelo tan añejo que se lo llevó el Olvido cuando murió para mí hace 45 años, tampoco tiene repetición. Aún así no me heredó rencores ni malos recuerdos mi desconocido padre, sino agradecimiento: educó y casó a las también desconocidas hijas de mi fallido matrimonio, borrando así nuestro abandono en España cuando vino a México... para vivir con ‘la otra’: la misma vieja historia de tantas migraciones y matrimonios fallidos. La Vida y el Tiempo hacen mancuerna para darnos lecciones de Sabiduría y pacificar nuestros corazones, cuando tienes los ojos bien abiertos y sabes mirar.

  Pasaron 13 años más para que Arlette navegara hacia la Otra Ribera con Gaby, sin volvernos a ver por acá. De vez en cuando me pregunto en silencio: ¿Porqué mis recuerdos, en vez de rencores y odios como todo mundo, contienen momentos de suprema belleza y alegría, compartidos ocasionalmente con tan escasos humanos? ¿Porqué normalmente otros prefieren sufrir la Vida como Calvario, azotarse con alambre de púas y comer cuanto vidrio molido encuentren, anque sean chimuelos?

  Recientemente se reveló ésta historia bajo la propia óptica de Arlette: si me visitó como la Canica antes de navegar hacia la Otra Ribera (ver La Visita) francamente ni sé, porque nunca se quiso hacer visible (¿vergüenza, acaso?) o bien, fué mi conveniente desmemoria.
PARiS, 23 DE JUNiO 1940
  FRANÇE 1940.- Al ocupar Francia los alemanes y tomar París, Line hizo amistad con el Waffen SS Oberführer (ingeniero del ejército) que tenía a su cargo el movimiento de los trenes franceses. Entre copas y confidencias Line le reveló que la adinerada familia de su primer matrimonio, pagó abogados para quitarle la patria potestad de Arlette.

  Huérfana desde sus tiernos seis añitos y de padre desconocido, la familia del Tío Pablo le hizo la vida tan insoportable que Line estudió enfermería para vivir lejos e independiente. Conociendo un acaudalado hacendado del Congo Belga, se casó sin pensarlo más y se fué a vivir con él hasta el corazón de África. Embarazarse de Arlette y atestiguar tantas torturas que aplicaban a los trabajadores negros en vez de sueldo, acabó con su utópica luna de miel mientras el alcoholismo del hacendado lo acabó con la botella en mano. Viuda, Line regresó a Bélgica con su hija para acordar con los suegros la herencia de Arlete… pero ¡¡qué iban a compartir nada con ésa bastarda aventurera!! Le quitaron la hija, la patria potestad y la exiliaron de Bélgica. Line se fué a trabajar a París hasta que lo invadieron les sales tête de boches.

  El Oberführer urdió un plan: Bélgica fué tomada antes que Francia y también ahí mandaba la Wermacht (ejército alemán). Nadie les impidió pasar la frontera, tomar el castillo de los abuelos por asalto, secuestrar Arlette y salirse, apoyados con un batallón SS que comandaba mi tío Otto el de los planeadores. Pero ante las autoridades belgas, los abuelos levantaron una denuncia de secuestro ... ¡¡contra Line nada más!! (NADiE se atrevía a decir NADA contra ningún general alemán, por aquello de la Gestapo). Hasta aquel día de 1980 cuaqndo guardamos a Line en el camposanto de Tepoztlán, seguía vigente la orden de detención por éste secuestro: así de rancias y vengativas son las leyes bien belgas. Line jamás volvió a pisar la Bélgique.

  A la única que nadie tomó en cuenta ni le pidieron opinión, fué Arlette. Cambiar su opulento castillo de abuelos consentidores, por un departamento en París con una chimenea de espejos (preciosa, eso sí: lástima que si la encendías se estrellaban TODOS) y con un medio hermanito bebé, acaparador de atenciones maternas… Arlette tenía 9 años entonces y no le hizo ninguna gracia ser mi niñera asignada. Bajar desde la huevona Nobleza belga, ser familia con el enemigo y ponerse a trabajar además: ¡¡Qué horror!!
PARiS, 25 DE AGOSTO 1944
  FRANÇE 1944.- Llegó el desembarco de Normandía y el ahora SS-Brigadeführer und Generalmajor der Waffen-SS, movía sus trenes a diestra y siniestra hasta que se perdió la guerra. Logramos quedar escondidos en la vallée de Chevreuse, saliendo por la Puerta de Versalles, ahí mismo por donde pasó la División del general Leclerc para liberar París. Pasamos de ser "raza aria superior" a ser "carne de paredón" en un abrir y cerrar de ojos: herr Generalmajor der Waffen SS era considerado "nazi" y doña Line era considerada "colaboradora" -Arlette y yo como modestos rehenes na más-, por Dios y por la Patria.

  Para Arlette, la niñez opulenta del castillo abuelitario se tornó en finca abandonada, sin agua caliente ni corriente, sin luz ni trabajadores. Los señores Bastié habían tenido mucha riqueza, pero con la fatal economía francesa de la preguerra perdieron todo y sólo les quedaba ésta desvencijada hacienda. Teníamos que hacer TODO y los inviernos eran duros. A falta de nietos nos tomaron como familia, pero Arlette los aborreció al instante: llevaba excelente relación con sus opulentos abuelos belgas antes que Line la secuestrara. Bajar desde la huevona Nobleza al Lumpenproletariat, nunca es paso fácil y menos en plena pubertad: añadamos “el pequeño detalle” de tener precio sobre nuestras cabezas.

  Recuerdo bien las lecturas y cuentos de los abuelos Bastié, en sendas cenas frente al perol de la chimenea. Eran aventuras difíciles, retos inimaginables y sin embargo, los héroes lograban su cometido y salían adelante (menos en la leyenda del inocente Sigfrido: lo mata su mejor amigo) . El Libro de la Selva fué toda una revelación: menos mal que no teníamos osos ni tigres, pero una manada de lobos sí y venían para pedirme nuestras sobras. La primera vez que un alce buscó refugio en el establo junto a las vacas, estiré la mano y agachó su hocico para resoplarme todas sus babas como muestra de carino y amistad.

  Durante la Navidad armando la crèche de Noël, contaban cómo el niño Jesús había sido buscado para ejecutarlo, como nos buscaban ahora. Escondida en un pesebre con techo de paja, María trajo al pequeño Jesús bajo el aliento del burro y del buey para calentarlo; igualito a nuestro pesebre, donde cada mañana ayudaba limpiando la ordeña. Los ‘americanos’ eran los modernos Esbirros de Herodes y sus persecuciones. Aladino fué otro descubrimiento: ahí la dificultad era escoger entre tantas grandes aventuras. Ya ni digamos Alí Babá y los Cuarenta Ladrones, tan criminales como nosotros y grandes héroes entre los marginados. Las Mil y Una Noches me dejaban soñando con la princesa cuentista de velos translúcidos y danzas del vientre, igualita a mis primeras gitanas de aquel verano cuando acamparon tan cerquita de la finca.

  Entiendo que me prevenían para no caer de rehén y que la matazón alrededor nuestro me pareciera una gran epopeya. Arlette en cambio, aborrecía sus voces e historias marginales; para nada reemplazaban a sus amados (y sobre todo opulentos) abuelos belgas. Fueron sus peores momentos y la marcaron de por vida, así como a mis padres. Yo carecía de parámetros para medir la causa de tanta angustia, ni tampoco sabía de poderes y riquezas privilegiadas tan perdidas como añoradas. Nada más conocía al Bosque cuyos bichos nos ayudaban y cuyos frutos nos alimentaban.

  Tiene un costo el ver la Vida así, desde aquel Bosque rústico hasta hoy. Cuando mi amor por la Naturaleza se marchita en las urbes, me llevo toda la familia a la Selva como si el mundo entero así pensara y no fueran como Arlette, tan ubicados al Centro de la Boa (viendo un sombrero), mientras yo estoy a la Izquierda de la Boa (viendo que tragó un Elefante Blanco). Tampoco TODO MUNDO tiene que ser disléxico ni autista (soy autista funcional, anque los de mi entorno digan que ¿funcional? no tanto). Las gentes ven la marginalidad como una desgracia, la sufren y se trauman; yo en cambio encuentro amistades valiosas, mucha solidaridad humana y valores universales, como ser aceptado por lo que SOY y no porque ADEUDO una falsa Zona de Confort basada en hipotecas, préstamos y otros ahórcate más. También aborrezco la ruidosa vida nocturna urbana: sus falsas luces opacan a la Noche, a la música de las Esferas y a la danza de las Estrellas.

  De por allá también surgió mi intransigencia con el General: cruzamos el pantano sin mancharnos el plumaje como familia francesa, para luego abandonarnos y hacer otra familia germana porque Alemania ya se levantaba. A mis 13 años le retiré el habla, borré su memoria y seguí errante mi camino. Algo le remordía o no hubiera cargado con sus dos nietas, las hijas de mi frustrado matrimonio. Resulta que su pareja era estéril y sólo así complementaron una familia.

  Cuando la Vida y el Tiempo así entrelazan nuestros Destinos derrochando Sabiduría, NOMÁS HAY QUE ESTAR ALERTA Y NO PERDERSE EN iNFiERNiTOS (ni cremaciones)...
Música para la Cremación del Brigadeführer und Generalmajor der Waffen-SS


Continuaciones:Enlaces:

jueves, 25 de noviembre de 2010

La Jeune Fille Et Les Loups · la Doncella y los Lobos

Pongo el trailer (claro, ¡aviones tenía que haber!):


A continuación una pequeña sinopsis traducida por el MiLUsos:

En una región montañosa cerca de la frontera italiana, durante los años 1920, Angèle estudia para ser veterinaria. Teniendo que enfrentar el desprecio de sus profesores a razón de su sexo, decide hacer sus pininos asociándose con Zhormov, un aventurero buscando animales salvajes para su circo. Pero su avión se estrella en la montaña, y Angèle queda herida. Zhormov la deja con una hoguera encendida y su pistola, recomendándole no dormirse sobre la nieve, y parte él solo a buscar auxilio. A cada uno de ellos se acerca una jauría de lobos amenazadores. Zhormov se reúne con gendarmes que lo llevan a Émile, joven industrial ambicioso, propietario de terrenos en la montaña y prometido de Angèle.

Los gendarmes que partieron a buscar el campamento de Angèle lo encuentran desierto. Se les ocurre visitar a Giuseppe, campesino italiano que vive solitario en la montaña. ëste último dormía cuando poasó el accidente. Convencidos de que Angèle o bien murió de frío o fué presa de los lobos, los gendarmes suspenden la búsqueda. Giuseppe encuentra entonces a Angèle, porque el lobo negro que había domesticado la salvó. Angèle, sintiéndose nerviosa por la presencia de Giuseppe, se repone de sus heridas y regresa al pueblo.

Émile sueña con proyectos de abrir la montaña al turismo, pero la presencia de lobos no lo permite. Al deshielo,  envía a su hombre de confianza, Jacob, para poner trampas a los lobos. Cuando Angèle intenta convencer a Émile de abandonar sus proyectos, obtiene a cambio de su consentimiento al matrimonio, ir a convencer a Giuseppe para llevarse sus lobos a Italia. Al llegar a su cabaña, ayuda a Giuseppe a curar un lobo herido por una trampa. Jacob la siguió sin dejarse ver y reporta a Émile las familiaridades de que fué testigo.

Émile los sorprende por fin al iniciar su relación amorosa; furioso le prende fuego a la cabaña. Cuando Giuseppe descubre el incendio, alcanza a Émile por el camino. Émile empuja a Giuseppe al torrente helado. Angèle obtiene finalmente la autorización para llevarse los lobos a Italia. Giuseppe sube clandestinamente al convoy enviando un gesto discreto a Angèle, muy emocionada por la supervivencia de su salvador y por ver a la distancia, al lobo negro que creía desaparecido con su amo en el torrente.

LOCACIONES: Ile de France, Italie, Rhône-Alpes (Sixt Fer à Cheval, Plateau des Glières, Cormet de Roselend, Cormet d'Arèches vers le Lac des fées)

Filmada con lobos reales, por: Epithète Films / France 2 Cinéma / France 3 Cinéma / Rhône-Alpes Cinéma

AKA
La música (los voy a aburrir, ya sé!) es de Armand Amar, quien compuso la banda sonora de HOME. Cada que investigo algo sobre éste autor, me lleva a descubrir ya sea el Doudouk, o bien recordar al Primer Grito (que me llegó, me llegó muy fuerte, recibí el primer grito de Jean y el de Álex, en nuestro hogar) y ahora, "la Doncella y los Lobos". No he visto la película, espero que la TV satelital se ponga las pilas. Oigan el tema principal de La Jeune Fille Et Les Loups:


Seguidamente añado el poema que inspiró ésta historia de la vida real; poema que detalla nuestros sentimientos al enfrentar un enemigo noble, que no nos dá la espalda y sabe morir de frente; cuando como cazadores, nos damos cuenta que no es nuestro enemigo, sino que invadimos su territorio sin permiso y por la fuerza de las armas:

autor: Alfred de Vigny
Les Destinées: poëmes philosophiques
La Mort du Loup (1838 · la Muerte del Lobo)
traducción: el MiLUsos


I

Las nubes corrían sobre la Luna inflamada
como sobre un incendio vemos al humo,
y negros los bosques estaban hasta el horizonte.

Marchábamos sin hablar, entre yerba húmeda,
entre brezos espesos y entre altos matorrales,
cuando, bajo unos pinos similares a los de Landes
apercibimos marcadas las enormes uñas
de aquellos lobos viajeros que acechábamos.

Escuchábamos, reteniendo nuesto aliento
y a paso suspendido.-- Ni el bosque ni la planicie
le soltaban un suspiro a los aires; solamente
la Veleta le gritaba su duelo al firmamento,
pues el viento, elevado muy arriba de las tierras,
no rozaba con sus pies mas que torres solitarias;
y los encinos de abajo, contra las rocas inclinados,
sobre sus codos parecían adormecidos y recostados.

Nada murmuraba entonces, cuando, bajando la cabeza,
el más viejo de los cazadores que formaban ésta búsqueda
oteó la arena, esperando, de rodillas,
que alguna estrella lanzara su resplandor sobre nosotros;
entonces, muy bajito, juró que éstas huellas recientes
delataban la caminata y las potentes garras
de dos grandes Lobos-ataca-ciervos con dos Lobeznos.

Fué cuando todos preparamos nuestros cuchillos
y, escondiendo nuestros fusiles por sus reflejos demasiado brillantes,
fuímos avanzando pasito a paso, apartando todas las ramas.

Tres se detuvieron y yo, buscando qué veían,
apercibí repentinamente dos ojos que flameaban,
viendo más allá algunas formas ligeras
danzando bajo la luna entre los brezos,
como lo hacen a diario, con gran ruido bajo nuestra mirada,
al regreso de su amo los alegres lebreles.

El estilo era semejante y semejante la danza;
mas los infantes del Lobo jugaban en silencio,
sabiendo bien que a dos pasos, durmiendo a medias,
se acuesta entre sus muros el hombre, su enemigo.

El Padre estaba parado, y más lejos, contra un árbol,
su Loba descansaba como aquella de mármol
que adoraban los Romanos, de cuyos flancos velludos
comían los Semi-Dioses Remus y Romulus.

-- El Lobo viene y se asienta, las dos piernas listas
con sus uñas de gancho en la arena metidas.
Se sabía perdido, puesto que lo sorprendieron,
con su retirada copada y todos sus veredas tomadas;
entonces atrapó, con su hocico quemante,
del más audaz perro la garganta jadeante
y nunca entreabrió sus quijadas de hierro,
a pesar de nuestros disparos atravesando su carne
y de nuestros cuchillos agudos que, como tenazas,
se cruzaban hundiéndose entre sus enormes entrañas,
hasta el último momento en que el perro estrangulado,
muerto largo tiempo antes que él, bajo sus pies ha rodado.

El Lobo lo deja entonces y seguidamente nos mira.
Los cuchillos quedaban en su flanco hasta la guarda,
clavándolo al césped todo bañado en su sangre;
nuestros fusiles rodeándolo en siniestra media luna.

Nos miraba todavía para enseguida recostarse,
lamiéndose la sangre extendida en su boca,
y, sin dignarse a saber cómo ha perecido,
cerrando sus grandes ojos, muere sin lanzar grito.

II

Reposé mi frente sobre mi fusil sin pólvora,
tomándome por pensar, y no me pude decidir
a perseguir su Loba y sus hijos que, juntos los tres,
habían querido esperarlo, y, según yo lo creo,
sin sus dos Lobeznos, la bella y sombría viuda
no le hubierado dejado sólo para cumplir tan gran prueba;
pero su deber era el de salvarlos, con el fin
de poderles aprender a bien sufrir el hambre,
para nunca entrar al pacto de los pueblos,
que el hombre ha hecho con animales serviles,
que cazan delante de él para tener una cama,
a los Primeros Dueños del Bosque y de la Roca.

III

¡Ay! pensé yo, a pesar del gran nombre de Hombres,
tengo vergüenza de nosotros, ¡débiles que somos!
Cómo se debe dejar la vida y todos sus males,
son ustedes quienes lo saben, ¡sublimes animales!

Al ver lo que fuimos sobre la tierra y lo que dejamos,
sólo el silencio es grande; todo el resto es debilidad.
-- ¡Ah! te endendí muy bien, salvaje viajero,
y tu última mirada me llegó hasta el corazón.
Decía: "Si puedes, haz que tu alma llegue,
a fuerza de quedar estudiosa y pensativa,
hasta ése alto grado de estoico orgullo
que yo, nacido en los bosques, he alcanzado.

Gemir, llorar o rezar es igualmente cobarde.
Haz enérgicamente tu larga y pesada tarea
por el camino donde la Suerte te quiso llamar,
y, después, como yo, sufre y muere sin hablar."

Mis experiencias con lobos allá en Cheuvreuse cuando tenía dos años, mi época de cazador, mas mi locura por los aviones, me impulsan para aburrirlos un poco no mucho. Ni modo, Cuasimodo. ¡Un abrazo!

Fuente:

miércoles, 8 de octubre de 1997

los Olvidos de la Memoria (en Otoño de 1997 y desde 1944)

Puerto Escondido, Oaxaca; otoño de 1997

Despidiendo al huracán Paulina con el anochecer (VER: Tormenta en el Pacífico III: la Perica, Delia y Paulina - 1997) vimos desfilar frente a nosotros varios cascos cuadrados, bajando de camiones militares Mercedes-Benz pintados con el mismito gris rata del '44: inmediatamente inundaron mi memoria, olvidados há varios años que hilo a continuación:
la Françe; 1944
Mucho tiene que ver la suerte, con nacer en una guerra y de una familia bastante extaña:
  • Mi padre, el SS-Brigadeführer und Generalmajor der Waffen-SS (ingeniero del ejército al mando de la SNCF), imposibilitado a matrimoniarse porque mi abuela materna murió soltera: ¿cómo comprobar que mi abuelo no era judío?
  • Mi madre, con nexos maquís para extraer trenes hasta Suiza, sin que volaran por los aires en nombre de "la libertad", tan defendida por maquís saboteadores de trenes (de trenes franceses bajo el mando alemán de mi padre) para que no llegaran a ninguna parte y con fugitivos viajeros, que necesitaban llegar para enriquecer lentamente la banca Suiza, depositando modestas posesiones en oro a cuentagotas, junto a jugosas ganancias en dinero "para lavar", tanto de industriales como de políticos, repartidos por ambos bandos de ése enorme negocio llamado guerra.
  • Mi nana Rosa, alsaciana de origen, solterona ya quedada que amaba los niños. 
  • Mi tío Sacha, comando voluntario ruso, ayudante personal del general.
  • Mi otro tío Otto, fanático de los planeadores, del paracaidismo y otras operaciones descabelladas.
  • Y mi hermana Arlette, 9 años mayor y oficiando como segunda madre cuando mis padres quedaban atrapados del otro lado del frente. En 1944 el frente era tan cigzagueante, como el avance de Sensemayá.
    Hoy éramos territorio "liberado", mañana pertenecíamos al "Reich" nuevamente; mientras, ambos bandos regaban tal ir y venir con sangres igualmente rojas, fertilizando así una tierra muda de horror.
  • Vivíamos en la granja de los señores Bastiè, vallée de Cheuvreuse. Ellos oficiaban como mis abuelos, yo les ayudaba con labores de la granja; arreglar el establo, recoger los huevos, alimentar a gallinas y gansos, llevar las vacas a pastar, cepillar caballos, ir a recoger bayas, hongos, piñones u otras yerbas del bosque, asegún la estación ··· pocas veces "las líneas" retumbaron cerca. Lo cuadrado o redondo de los cascos desfilando al día siguiente, indicaba de qué lado estábamos. Cuando eran redondos nos escondíamos en el bosque hasta el regreso de los cascos cuadrados.
Vallée de Cheuvreuse, otoño/invierno de 1944
Los campesinos entre quienes vivíamos, no confiaban en sus industriales ni en sus políticos: ambos habían vendido la Francia; primero a los alemanes y ahora, peor aún ¡a los americanos que ni europeos eran! Los temían tanto como a los rusos; los veían como salvajes ignorantes, que nada más nos venían a saquear. Su aviación acababa con todo lo que se movía en el suelo, por carreteras y por vías férreas; lástima que todo lo que se movía, eran franceses en fuga ···

El bosque nos protegía de tal destrucción aérea; la terminal ferrocarrilera cercana estando bien camuflada con sendas redes y sus trenes bien cubiertos con ramas. Varias veces acompañé  allá al tío Sasha en su Kettenkrad; me encantaba el ruido de las orugas y le ayudaba para arrancarlo con el cran, deteniendo el acelerador como indicaba mi tío. A veces no quería que lo acompañara, como cuando se iba sólo después de hablar por la radio, usando ésas palabras que ni entendía y me dijeron después, eran en inglés.

Intrigado me escapé de la granja, siguiendo por el camino las huellas de las orugas y su rueda delantera. Oí un avión acercándose muy bajo, pero no sonaba como los de combate: era mucho más suave. Cuando llegué al borde del bosque, ví al tío Sasha vestido de ruso junto a un avioncito de ala alta, bajando cajas que subían al Kettencrad. Casi se desmaya cuando le pregunté en la casa ¿porqué se vestía de ruso para jugar con el avioncito? Me hizo prometer que no iría más al lugar del avioncito. Era de los cascos redondos y con él mandaban comida y balas para los maquís; pero el tío Sasha con su radio, los atraía para llenar nuestra despensa y tener balas para nuestras armas, diciendo que era un contacto ruso. Mi pelo rubio, hubiera delatado el truco inmediatamente (mi madre decía que tengo "la cabeza demasiado cuadrada"). Nunca volví a preguntarle nada, ni me dejé ver de nadie; pero me gustaba demasiado ver despegar al avioncito ése, como para quedarme en casa.

Ésa mañana, madame Bastié y yo salimos al bosque buscando bayas para hacer mermelada. Mientras Madame recolectaba frutas en su canasta, fuí al tan prohibido lindero del bosque donde furtivamente aterrizaba el avioncito ése, atraído por el tío  Sacha y bien encandilado con su radio. Cerca, tronaba el avance de los cascos redondos; sorpresivamente, apareció la Gestapo y le tiró a Sasha en plena frente, antes de poder identificarse ni hacer nada como despedirse. Asomaron algunos cascos redondos que, demasiado tarde, acabaron con ésos uniformes negros. Escuchando tanta metralla, Madame me llamó y nos fugamos a lo profundo del bosque. (mi madre advertía: "los cascos cuadrados que eran nuestros amigos, ya se fueron. Los cascos redondos, ¡no son nuestros amigos para nada!")

Tratando de escondernos en una cañada, madame Bastié cayó y se rompió el brazo derecho. Me dijo con cara asustada:

"Wolfgang, ahora tienes que ser grandecito, ya no puedo cargarte" - Madame tenía entonces más de 70 años, yo casi 2. Mientras se vendaba el brazo con una tira de su vestido, vagué por la cañada encontrándome a dos "perritos" juguetones, frente a un agujero tapado con las raíces de un árbol enorme. Me lamieron las manos y entré al agujero con ellos. Había algunos huesos y una especie de hojarasca en el piso.

Regresé por Madame, y la llevé hasta el refugio encontrado, diciéndole: - "Ahí no nos encuentran" - Casi se muere del susto cuando llegamos: la mamá de los "perritos" estaba lamiéndolos. Se acercó a mí, mientras Madame estaba tan paralizada que ni hablaba, ni respiraba siquiera. La mamá me olió las manos que extendí para acariciarla, y las lamió. Agarré a Madame y le dije: - "No tengas miedo, nos van a ayudar" - y entré tras los "perritos" juguetones, que también dejaron las manos de Madame llenas de babas ···

Tres días después salimos y logramos llegar hasta su finca del bosque. Mientras, nos comimos nuestras bayas y fresas, y bebimos agua de la cañada. La mamá de los "perritos" gemía cuando nos fuimos ··· Desde ése día, Madame me llamó "JeanLoup" (pronunciado YanLú; significa JuanLobo) en vez de Wolfgang (pronunciar con papas quemándote el hocico, como ladrido hitleriano). Varias veces, vinieron la mamá y sus "perritos" a verme hasta la finca, anunciándose con sus aullidos. Yo les daba los huesos de nuestra comida.

Extraño a mi tío Sasha, mi primer amigo en ésta Ribera; me enseñó a "jamás portar un arma con cartucho en la recámara". Una vez no hice caso, cuando me regalaron mi ··· ¡Regalo de Cumpleaños! ···  !cuánta razón tenía!


Al comenzar la video, los Blindados del general Leclerc van desfilando por Chevreuse donde la gente los recibe ¡con el saludo nazi! (cuestión de hábito). Desfilan los españoles de La Nueve, "olvidados" por la historia hasta el año 2004.

Continuaciones:Enlaces:

domingo, 18 de enero de 1970

18 de Enero, 1948: BOA DE HiELO

fin del camino a Pamplona
Olía tan mal el baño del tren donde Arlette y Line me escondieron, que salí para decirles que -"¡Ça pue la rage!"- justo cuando el inspector sellaba boletos y revisaba sus pasaportes belgas, antes de cambiarnos al tren de la Renfe allá en Irún. Entonces la SNCF de Francia y la Renfe de España no utilizaban el mismo ancho de vía. Había que transbordar entre cascos redondos que -"no eran nuestros amigos"- pero para nada y que sólo aceptaban oro, cuando llevábamos lo puesto nada más.

Las dejó pasar, exclamando: -"Qu'il est mignon votre contraband, Madame"- mientras sus amigos vascos proponían llevarme a Pamplona por Roncesvalles: la ruta de los Pirineos menos vigilada, por ahí pasaban todo tipo de contrabando. Durante aquel tempestuoso invierno, ya no era navegable el Cantábrico como cuando antes pasaron a mi padre. Hijo de un general alemán, mi calidad era de rehén: los aduaneros de la Françe me denunciarían con los cascos redondos americanos, antes de abordar aquel tren.

Llegando a Itxassou nos dieron el pitazo: los cascos redondos iban a revisar el camión por la ruta de Roncesvalles, antes de salir de la Françe: alguien nos delató otra vez. Nos bajamos y mientras el pescado seguía por la ruta establecida, tomamos a pié por el Paso de Rolando. Amainó la nevada y el viento, pero el frío no permitió pararnos hasta llegar a "la Piedra del Bayardo". Me gustó aquella piedra que agujeró con su casco el caballo de Rolando, donde aprendí a encender el Fuego de la hoguera y donde mi primera Fabada caliente me supo a gloria. Aquél Fuego del Campamento me cantó cómo los Moros habían emboscado a Rolando; no sopló su corno el Olifante, para dar tiempo a que Carlomagno se encontrara con sus tropas: su vida protegió la retirada del Emperador. Leyendas entre fuegos, campamentos y tragedias de tierras donde uno comía para dormir y avanzar nuevamente al amanecer.


Saliendo de Francia tres días después, nos esperaba nuestro camión. A la aduana nunca les importó el pescado de contrabando, sino encontrarme; los cascos redondos pagaban por denunciar cabezas cuadradas tedescas y de cualquier edad; tenían tanto pescado de sobra que lo dejaron pasar con todo y ruedas. Por fin bajé del camión en Pamplona, a la entrada del Campo de Concentración para Refugiados. Allá ví con alegría las caras sonrientes de Line y Arlette manoteando desde adentro. Cuando nos abrazamos saltaron lágrimas de alegría y escuché por primera vez:


-"¡Joyeux anniversaire, Jean Loup! Tu as cinq ans, maintenant"- mientras tanto al fondo, latones y percusiones berreaban ésta Inolvidable Marcha; inolvidable también que desde aquel día soy alérgico al frío.

Más inolvidable aún que ahí conocí la LiBERTAD, al evaporarse el aislamiento angustiante de mis mayores··· ¿Libertad en el Campo de Concentración de una dictadura?··· ¡HORRiBLE! opinan algunos de los más olvidables. Si ni sirven las fronteras políticas -como acabo de contar- pos menos fronteras tiene la Libertad. Tras ésa malla metálica protectora, ya no más sorpresas de la Zorra: ya no más sobresaltos que ni dejaban dormir a gusto.

NADA HORRiBLE, cruzar por los Pantanos de la Catástrofe y salir inerme: a muy pocos privilegiados nos sonrió doña Fortuna. Al fin MUJER, ya saben: protege los más sinvergüenzas.

NADA HORRiBLE, sobrevivir pruebas que a otros machos doblaron y a otros bravos quebraron, guiado por doña Inocencia. También MUJER, ya saben: guía los más piores.

EPíLOGO: México 1969 - de Cómo Enloquecer a la Gerencia VW
Ya era Jefe de Taller en la VW de México -(desapareció la VW Interamericana: evaporando así falsas promesas caribeñas)-. La mayoría de mis jefes alemanes eran ex-Hitler Jugend's, escogidos por el mismo Adolf en persona (como mano de obra gratuita) para fabricar Das Auto, entonces del Pueblo. El humor del mexicano bajo el mando del estereotipo alemán... no se l'acababan de acabar ¡Pobres tedescos! pior que cuando ocupaban la Françe.

Me llevé a todo el grupo de mecánicos junto con otros jefes departamentales (bien mexicanotes de rompe y rasga), a ver La Batalla de Inglaterra en el cine Diana (70 mm, y sonido sensoround). Nos mofamos como locos acabando la retirada de los Ingleses hacia Duinkerke. Se oye la radio y empieza la Marcha de la Luftwaffe, mientras sobrevuela y aterriza un trimotor Ju-52/3m (Tante Ju, mi madrina de vuelo), frente a bombarderos Heinkel He-111 perfectamente alineados. Abre la puerta un general, baja y efectúa la revisión de tropas (idéntico a nuestro gerente general, cuando bajaba a revisar mis gañanes de Reparaciones Generales, antes de subirse a su Variant ¡con Ceja alzada incluída!).

"Mira, si parece el Bauer! Camina igualito, no más le falta tener al dóberman desfilando con él!"- decían mis gañanes del Taller de Reparaciones.

"Pero si éstos hablan como Hans (nuestro gerente de servicio)"- contestaban los jefes departamentales. Todos aplaudíamos y vitoreábamos cada escena con Kübelwagens (no por nada trabajábamos en la VW), notables por su rueda sobre el cofre delantero y la carrocería tan cuadrada como la cabecita "d'un frisou".

La música del epílogo que supuestamente Ron Goodwin "compuso" en 1969, enchinó mi cuero como la primera vez que la oí aquel mediodía de mi 5º cumpleaños, arribando al Campo de Concentración para refugiados en Pamplona, después de cruzar los Pirineos a pié por el Paso de Rolando en aquel Enero del '48: fué mi PRiMER REGALO de cumpleaños. Ahí terminó la Segunda Guerra para nuestra familia, ya no más "criminales de guerra": ahora en España nos graduábamos a "refugiados".

La diferencia entre REíRSE AHORA en el cine años después, a REíRSE ENTONCES inmersos de aquella estúpida guerra, es la mismísima diferencia entre l'AZÚCAR y la SAL: ambas son necesarias para condimentarte la Vida, pero ¿cuál prefieres?

viernes, 2 de enero de 1970

¿porqué papá Noêl viste de rojo? - Navidad 1945/46

vallée de Cheuvreuse, Françe a fines de 1945;

...un mes más y cumplo 3 años. La propiedad que nos esconde, está en un valle cubierto de nieve rodeado de bosques. Los techos son de paja, los cuartos son de piedra e inmensos, con grandes ventanales cerrados en ésta época invernal. Cada estancia tiene su chimenea, y la cocina es una construcción aparte.


   

Ya no me subo sobre la tapa de madera podrida del pozo. Me gusta observar las ranas allá abajo, y soltarles alguna piedrecilla para que salten. Cuando croan me gusta hacerles coro. Pero ya me dieron una tunda para evitar que me ahogue algún día, cuando la podredumbre ya no resista mi peso.

Mi madre logra sacar a mi padre del campo de concentración para prisioneros de guerra, antes de que lo identificaran. Y nos estamos preparando para la llegada del niño Jesús...aunque al que espero es a papá Noêl.

Empezamos la cena navideña mis padres, mi hermana mayor (9 años mayor que yo) y los dueños de la propiedad; somos la familia que nunca tuvieron...a pesar de mis travesuras. En cierto momento, me dicen que vaya a apagar la chimenea de la cocina y permitirle a papá Noêl que baje. (a dejar los regalos bajo el árbol con velitas) Me pongo el abrigo, los guantes y la bufanda para salir a cumplir tan importante cometido.

Entro en la cocina, y algo empieza a rujir en el techo. Al verlo hecho una brasa gigantesca que emana el calor del mismísimo infierno, salgo despavorido, sin darme cuenta que por dejar la puerta abierta, el fuego se aviva por completo. Entro a la sala diciendo -"Yo no fuí! Yo no fuí!"- y por mi cara se dan cuenta que algo muy grave sucede.

Tan grave que en el pueblecito más abajo del valle, ven el resplandor. No tardan en llegar bomberos y gendarmes: nada indicado para los escondidos que debemos pasar desapercibidos...como estiman bastante a los ancianos que nos cobijan, la mayoría del pueblo viene para ayudarlos.

Por fin los gendarmes aceptan que fué un accidente, causado por un sartén olvidado en la lumbre. Se encendió la mantequilla, y la paja respondió enseguida: fué avanzando silenciosamente como brasa, hasta que yo abrí la puerta.

El dueño dice que él abrió y su esposa dice que ella puso el sartén y se le olvidó. No hacen ningún reporte, pobres ancianos...

Por varios días nos escondemos en una cabaña del bosque, mientras los vecinos ponen otro techo. Realmente es lo único consumido por el fuego. Pero un techo de paja, con la inclinación que lleva para resbalar la nieve y evitar que se acumule (el peso lo derrumbaría) tarda varios días...nada bueno para una familia al margen de la ley. Mi padre es considerado criminal de guerra, y mi madre una colaboradora.

Tenemos las mismas costumbres, la misma cultura navideña. Allá en la cabaña del bosque me deja papá Noêl un carrito rojo, un Schuco de ésos que vuelven locos de alegría a más de uno. Que digo más de uno: ¡a varias generaciones! Tienen tanta cuerda como uno a ésta edad; andan todo el día y a darle cuerda otra vez.

"Ya sé porqué papá Noêl se viste de rojo"- digo al ver el carrito rojo -"¡Viene con los bomberos para salvarnos! Como no le gusta ser visto, nos tenemos que esconder. Por éso su carrito es rojo fuego: porque siempre nos salvará"

Mi madre se puso a llorar, mi padre la abrazó y volteó para otro lado, mientras mi hermana dijo:

"¡Pero que tonto éres tú!"
¡Feliz Navidad a todos! Les desea éste MiLUsos.
P.D.- no me van a creer: ya adulto, papá Noêl me trajo más carritos rojos, ya no de cuerda sino a gasolina: una MG TD '52,  una Opel ´64 sport coupé, una VW Safari ´75...


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La tan Mentada Video entre los Comentarios de abajo: